El otro día me tocó atender a una muy estimada clienta mía, que viene a visitarme desde hace más de una década…
Siempre que me piden realizar un tratamiento facial me pongo más que contenta, ya que los faciales… aunque no lo parezcan…. son esa excusa perfecta de tratar a la persona “un poco más allá “ de lo que demanda el “protocolo”. (como protocolo llamo a la parte técnica, no menos importante que ese extra que añado yo)
Cuando hago pasar a mi clienta a la cabina, le digo con entusiasmo y mi toque “naîf” tan palpable en todo lo que hago lo siguiente:
– “¡Qué bien xxxxxx que hoy vienes a hacerte algo para tu belleza y para estar bien guapa en estas fiestas!” … a lo cual me responde con cara seria:
– “No me importa la belleza.”
Claro que no me esperaba esta respuesta, más bien esperaba ver en ella reflejada mi ilusión por embellecerla y aportarle mucha relajación – a mí manera (en los últimos años, mis faciales han pasado por una verdadera revolución interna… no son como hace 10 años… he aprendido mucho en este tiempo; pero de esto hablaré mejor en otro momento). Pero tampoco podía quedarme de brazos cruzados ni sin comentario alguno….
La «iluminación» me llegó en cuestión de segundos…. observando su expresión facial y su lenguaje corporal, entendí todo.
La belleza es un regalo para la salud
Le sonreí, mantuve la calma, respiré, y le dije con el tono más suave y cariñoso que pude:
– “Mira, te entiendo… y tal vez no me expresé de la mejor manera; quise decir que … ocuparse de uno mismo, ocuparse de su piel, y de paso aportar a todo el ser una relajación profunda, no es una banalidad, no es una cosa superflua … todo lo contrario, es un regalo para tu salud».
La salud es nuestro mayor propósito en esta vida, y dar a la piel y al alma mimos, es sinónimo de plenitud, paz y amor hacia uno mismo… y eso seguro que te interesa.
Por una milésima de segundos dudé de mis palabras, de que ella no lo había entendido o que incluso se había molestado… pero afortunadamente, captó mi mensaje; me miró con ojos de benevolencia, una leve sonrisa y….. mucho más dispuesta a disfrutar de su tratamiento facial. Sobra decir que intenté más que nunca cumplir con mi objetivo… (aparte de equilibrar su piel y aportarle todos los ingredientes y cuidados adecuados para su tipo de piel.)
Conclusión
No estamos en la piel del otro; no sabemos qué bagaje emocional está cargando; no debemos esperar que piensen como uno; y sobre todo: saber escuchar y demostrar empatía, son dos de los más importantes aspectos de cualquier conversación entre dos personas.
La belleza… hay personas que les da “pereza” esta palabra… la asocian con algo frívolo, limitado en el tiempo, superficial, subjetivo, algo que incluso puede restar inteligencia al que “la tiene”….. obviamente esto son observaciones mías, muy personales, que a modo de reflexión comparto contigo.
Tantas maneras que hay para describir la belleza…
Y según quién lo hace, será su respuesta.
Desde luego la belleza es mucho más que un rostro o cuerpo “x” marcado por los medios de comunicación, científicos o la sociedad en general. En realidad, la belleza no es tangible… ¿o nunca te ha pasado que escuchas una canción tan celestial y perfecta que piensas:” qué belleza de voz” sin haber visto la cara de quien la canta? porque en realidad el sonido, la melodía te han atrapado…esa belleza de música que no se puede tocar, pero que sí toca el alma. Eso es belleza también.
Otro ejemplo es la naturaleza….. tan cambiante, a veces salvaje, cruel, grande, pequeña, ruidosa, silenciosa, y a veces hasta casi invisible….pero siempre auténtica, sin más.
Objetivo cumplido
Al final, el facial salió muy bien – objetivo cumplido. Y fue el mejor regalo que pude recibir de boca de mi estimada clienta: – “ha sido un verdadero lujo haberme hecho este tratamiento facial.”
Mi gratitud fue inmensa, su cara un poema….y lo mejor: al final nos hemos entendido. No se trataba de un tratamiento de belleza. Se trataba de sentir en vez de analizar. Se trataba de ir más allá de nuestras ideas preconcebidas y darse la oportunidad de soltar todos prejuicios.
Mil gracias querida, me has regalado una gran lección. A partir de ahora, tendré en cuenta más palabras específicas que describan perfectamente bien de cómo son nuestros faciales. Podré argumentar con más motivo que nunca de que un tratamiento facial es mucho más que 60 minutos de tratar tu piel.
Equilibrio
A veces, es difícil describir algo. Estamos tan acostumbrados a analizar cada acción, palabra y gesto, que nos perdemos una parte bien importante de esta vida: que la intuición nos guíe, el corazón nos hable y la mente sepa “trabajar” sin prejuicios. En otras palabras:
Equilibrio, para estar y vivir en paz y plenamente.
En ése sentido, les deseo un año 2024 lleno de momentos hermosos, con mucho amor, salud e ilusión por crear un mundo un poquito mejor.
¡Ya es hora!
